La Comunicación no verbal es casi más importante que el propio mensaje que tenemos que dar a nuestro público. Si la comunicación no verbal no está en línea con el contenido podemos provocar una reacción de abandono del discurso, un no entendimiento, o incluso un enfado por parte de la audiencia ¿ cuál es el uso de las manos al hablar en público?
De esto era un auténtico experto Barack Obama. Desde su famoso discurso del Yes We can hasta más recientes intervenciones públicas, el ex presidente de Estados Unidos es uno de los mejores oradores que conozco. Especialmente en dos cosas: en el uso de los silencios y en la utilización tan acertada de sus manos. . Hoy quiero dedicarme a hablar del uso de las manos y de cómo pueden complementar a la perfección el mensaje con el que queremos conquistar a nuestra audiencia. Los silencios , una de mis figuras favoritas para la comunicación, requieren de un capítulo aparte.
¿sabías que Obama incrementó el uso de las manos casi exponencialmente desde que comenzó sus intervenciones políticas hasta hoy en día? ¿y quieres saber por qué lo hizo? Porque le funcionaba. Desde señalar con su brazo a alguien de público para que pareciera que estaba hablando sólo a esa persona hasta cruzar los dedos de las manos, el famoso orador ha aprendido bien los recursos gestuales.
Empecemos por la postura gestual que más seguridad y confianza da en su discurso: Mostrar abiertamente las palmas de las manos. Para ello, te recomiendo que en primer lugar utilices la postura del triángulo, en el que vas a juntar solo las yemas de los dedos de ambas manos; esa forma del triángulo da seriedad y aporta rigor al mensaje, pero queremos ir un paso más allá. Además de seriedad y rigor queremos ganar en empatía. Y esto lo logramos partiendo de esa postura , y cogiendo una imaginaria pelota de Baloncesto con las dos manos…
Para lograr la postura del baloncesto, una vez tengas el triángulo, separa las yemas y abre un poco las palmas hacia tu público. Mostrar las palmas en esa posición ayuda enormemente a ganar empatía y a que crean en tu mensaje y en ti. Incluso si quieres acercarte un poco más , sujeta » la pelota » desde abajo, mostrando las palmas como ofreciéndolas. Esa para mi es la postura que más acerca, la que utilizan muchos sacerdotes porque saben de la potencia de la misma.
Las manos hablan casi tanto o más que la voz, los silencios, o las palabras que utilizamos.
Diego Antoñanzas, el método WOW.
Si quieres enfatizar algo, generando una supuesta vinculación entre lo que dices y la audiencia (por ejemplo cuando haces una petición), lo ideal es, partiendo de la postura las palmas abiertas, apuntar con el dedo índice y cerrar en puño el resto de los dedos. Si lo haces con una sola mano no es tan eficaz como hacerlo con las dos. Se utiliza mucho para, por ejemplo, solicitar el compromiso de los votantes en mítines políticos.
En el caso de querer ganar en asertividad , haciendo hincapié en parte de tu discurso, en ese caso utilizaremos una mano de cuchillo y la otra, en palma abierta casi horizontal, de tabla. Es la postura del corte. Puedes hacerlo una vez, o repetir el corte tantas veces como repitas la palabra o frase con la que quieres ganar en asertividad. También se usa para convencer lo que yo denomino triplete, que va acompañado lógicamente de un dedo levantado , dos dedos , o tres dedos: «en primer lugar yo haría esto, en segundo lugar esto otro, y para finalizar , y en último y tercer lugar, haría esto»… Ya sabemos que desde el punto de vista del lenguaje, el número tres funciona infinitamente mejor que el dos o el cuatro … Siempre son tres razones, no dos , ni cuatro.
Para las malas noticias cruzaremos todos los dedos y miraremos fijamente a los ojos. Para dar una mala noticia la sincronía entre entonación , postura corporal , mensaje, gestualidad de la cara y uso de las manos debe ser perfecta. No nos la podemos jugar y que no entiendan lo que les estamos contando. Dar una mala noticia es de las cosas más difíciles que hay, pero la comunicación no verbal puede preparar a nuestra audiencia y hacerla más receptiva a la comunicación, por difícil que ésta sea.
Para temas que tienen que ver con las emociones, con los sentimientos, nada mejor que llevarnos las manos al corazón , si son emociones positivas o al estómago , si son negativas. Normalmente el amor lo vivimos en el pecho, y el dolor en las tripas ¿alguna vez lo has pensado? Por eso, las manos pueden acompañar esa alegría, o incluso pueden enfatizar ese dolor.
Si queremos que la gente haga una pausa, o que esté atenta a nuestro siguiente mensaje, enseñemos solo la palma derecha , como si les frenáramos. Acompañado de un profundo silencio, el gesto del guardia de tráfico que para es muy efectivo para lograr atención plena.
Tus gestos pueden contar lo que tu boca no se atreve a decir.
Las posturas complementarias lógicamente ayudan a entender mejor un mensaje . Por ejemplo si estamos comparando dos escenarios, moveremos cada mano asociada al escenario del que estamos hablando ( escenario uno por ejemplo izquierda, escenario dos derecha). Si estamos hablando de incrementos o pérdidas, también podemos ascender o descender esas manos para enfatizar nuestra tendencia numérica.
Lógicamente estas posturas han de realizarse no de forma individual, sino fluyendo con el resto de mensajes y también con el movimiento natural de las manos. Cuanto más exagerados sean los movimientos, más énfasis estaremos poniendo en los mensajes. Cuidado con pasarnos, podemos ejercer un liderazgo que nadie nos ha concedido. Todo tiene que ir en línea no sólo con el mensaje, sino también con la entonación y el volumen de voz y de dicción que en ese momento estemos usando.
Tus manos pueden ser el amplificador de tus palabras… Pero ¿seguro que queremos amplificar lo que estamos diciendo?
Bajo ningún concepto escondas tus manos. Es una señal que hace la gente pierda rápidamente la confianza en ti. Todavía recuerdo cuando Luis Merlo, el famoso actor de la televisión, el cine y el teatro, se rompió un brazo que le obligó a llevar una escayola durante más de un mes. Cuando le quitaron la escayola , en su primer día al subir al escenario, había olvidado cómo usar los brazos. Y lo último que quería hacer era esconder sus manos.
El poder de las manos es ilimitado. La velocidad con las que usas las mismas también, todo debería estar equilibrado.
¿y tú? ¿usas las manos adecuadamente? Es más fácil de lo que parece. Te recomiendo, como siempre que las dejes libres mientras das tu discurso frente al espejo. Verás como logras que las manos vayan solas, y en línea con lo que estás comunicando. Todo fluye de forma natural, tan sólo debemos dejarnos llevar y ser nosotros mismos.